El arca de cardon
la quebrada es camino de viajeros también, de conquistadores, de soldados, de curiosos
. . . cuentan, que atrás en el tiempo, en el pueblo, llovió durante meses y meses sin parar
primero desbordo el rió y quedaron tapadas las calles y los caminos y todos tuvieron que encerrarse en sus casas día tras, día todo ese largo tiempo estuvieron encerrados
cuando todos pensaban que la lluvia seria eterna y que mejor irse a buscar otro pueblo donde vivir la lluvia se detuvo, fue un lunes a eso de las diez de la mañana que la lluvia se detuvo
nubes y nubarrones se fueron con el viento y salió el sol y después de meses y meses y meses de intensa lluvia por fin era mediodía y el sol era fuerte y caluroso y brillaba sereno
tanto tiempo había llovido y llovido sobre mojado que nadie se dio cuenta que era primavera
cuando comenzaron a darse cuenta todos comenzaron a salir de sus casas, todo el aire se lleno de mariposas y las flores empezaron a crecer rápidamente y nadie quería perderse de mirar el maravilloso espectáculo de la luz sobre las piedras, la tierra y la montaña
ese día tan recordado llego el primer viajero. Después vinieron otros y otros
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el primer viajero fue amigo de casi todos en el pueblo
todos estaban tan felices de ver otra vez al viejo sol que trataban al viajero como si fuese él quien lo hubiera traído, pero no nadie, sino todos, escucharon lo que el viajero repetía y repetía
... yo no estoy aquí entre ustedes por el sol sino por la lluvia, llegue hasta aquí siguiendo las señales del cielo escapando de las tormentas, los nubarrones eléctricos, el violento y destructivo temporal, los tornados huracanados, los tsunamis, las inundaciones sorpresivas y devastadoras
contó que allí, donde había sido su casa la tormenta fue furiosa y destruyo todo lo que alli habia a puro sacudon
contó que cuando empezó el diluvio aunque paro, siempre volvió a diluviar y a parar y otra vez a diluviar y por eso él había decidió salir a los caminos, alejándose de la tempestad y la inundación y así encontrar un nuevo lugar para vivir y reunir a su familia
y contó que el diluvio seguiría y que seguirían viniendo viajeros
escapando, explorando, buscando nuevas tierras
y contó también que ellos mismos se convertirían en viajeros para poder seguir sobreviviendo a la naturaleza
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todos los que vivían en el pueblo se pusieron a pensar y de a poco, pensando y repensando empezaron a decidir que hacer
lo primero que decidieron fue hacer un arca, un arca de cardón
del tamaño de una camioneta, como una nuez gigante, como cuatro vacas grandes dos abajo y dos arriba, o como una semilla de durazno gigante alta como dos personas y ancha como diez, toda de madera de cardón
para guardar dentro de ella una gran cantidad de cosas
de todo lo que podía encontrarse entre todas las cosas del pueblo que eran de todos, elegirían cosas entre todas las cosas de todos que habían servido, que servían y que sirviesen para algo
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en siete semanas el arca estuvo lista y los más viejos se encargaron de ubicar y acomodar las cosas dentro de ella
guardaron una sorprendente variedad de objetos:
de todo lo que usaban todos los días para todo lo que hacían, sean cosas de la naturaleza o cosas fabricadas, cosas personales, chiquitas, grandes o medianas, antiguas, modernas, útiles e inútiles, desde una antiquísima momia de vasija hasta un sacacorchos de acrílico rojo, desde una montura para burro hasta yuyos para curar la diarrea, desde granos de maíz y botellas de chicha hasta botellas de coca cola, libros de religión, cuadros de santos, calendarios de mecánico y juguetes nuevos y usados
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finalmente como el primer viajero predijo volvió el diluvio y la tormenta
y un día en el que el pueblo era casi invisible por tanta agua pusieron el arca a flotar
le habían atado en un extremo una soga gruesísima, larga, que estaba atada una gigantesca roca junto al puente
los prolongadísimos días y semanas de tanta lluvia que el pueblo quedaba casi sumergido, el arca de cardon flotaba por sobre ellos como una boya, en la inmensidad de nubarrones, vientos, aguas y eternas tempestades
las interminables semanas de sequía, el arca quedaba enterrada en el lecho seco y agrietado del rió
así estuvo hasta que el pueblo quedo por completo y para siempre inundado y el arca quedo flotando por encima de el
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largísimo tiempo después dejo de ser para siempre
y el clima cambio y volvió a cambiar, y fue seco, árido, desértico, tropical y otra vez lluvioso y torrencial, húmedo y así siempre cambiando hasta que otra vez volvió a habitarse y un pueblo nuevo volvió a ser, allí, donde el pueblo viejo había sido
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Paso aun tanto tiempo más que la historia del pueblo viejo y el diluvio del arca era ya cosa muy antigua de la que se hablaba mucho desde tiempos más pero más antiguos aun
y entonces fue que otra vez personas y animales se pusieron a pensar y repensar en esta oportunidad que hacer con tanta antigüedad
y fue entonces que decidieron abrir el arca
para abrirla formaron una comisión de anfitriones:
una lechuza, tres niños de cinco, ocho, y once años todos varones, dos ancianas mayores de ochenta, una cabra, cinco gatos , veinte lagartijas, una adolescente de quince y una madre de cincuenta
se incluyo a último momento a un burro y un lorito
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la flamante y orgullosa comisión abrió el arca y de a poco, lentamente, durante sorprendentes y sorpresivas semanas, fueron sacando lo que iban encontrando y apoyándolo sobre mesas
allí lo miraban, lo estudiaban, meditaban, debatían, pedían consejo, volvían a pensar a mirar y debatir y luego decidían que hacer, donde guardarlo, como usarlo y a quien dárselo
y así, despacio, muy despacio, fueron desparramando todo ese cargamento de cosas del pasado por todo el pueblo del presente como regando al pueblo de antiguedad
el pueblo se lleno de cosas que venían desde los tiempos anteriores al diluvio, en cada casa, en cada calle, en cada rincón, en cada uno de los habitantes
cosas que salieron del arca:
semillas, libretas y cuadernos, consejos, enseñanzas, comentarios, elementos de astronomía, planos, piedras, libros, vasos, cacerolas, bandejas, fotos, carteritas, silbatos, pipas, juguetes y juguetes y más juguetes, etcéteras, etcéteras y más etcéteras
después de sacar todo, el arca quedo vacía, y con su madera hicieron mesas para todas las casas del pueblo
dicen haber descubierto que al momento de terminar de comer sobre una de esas mesas, si uno esta acompañado, la energía y el olor que desprende la madera hacen ligera y liviana la digestión, provocando un estado entre el bienestar y la euforia, entre la nostalgia y la alegria que provoca la tan famosa sobremesa que a su vez provoca la copla, el cuento y la canción
y esa alegría cantadora y contadora atraviesa el tiempo y los caminos de la quebrada
